
Hasta que la dignidad se haga costumbre 2019
EXPOSICIÓN SOBRE MANIFESTACIONES FEMINISTAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Título: Guerra
Serie: Victorias Aladas
“Hasta que la dignidad se haga costumbre” es la contundente frase con la que Estela Hernández, mujer indígena hñahñú, concluye su discurso dirigido al Estado Mexicano, en el marco de la disculpa pública que este ofreció por el encarcelamiento injusto de su madre y otras dos mujeres. En su intervención, Estela denunció la represión estatal, la falta de justicia, la inseguridad, la discriminación y el racismo. Hoy, esta frase ha sido adoptada por los movimientos feministas como un estandarte de lucha y resistencia.
El 16 de agosto de 2019, las calles y la Victoria Alada, el emblemático monumento conocido como el Ángel de la Independencia, se tiñeron de colores como parte de una marcha feminista que exigía justicia por la violencia de género en la Ciudad de México. A la mañana siguiente, la ciudad amaneció conmocionada, no por las miles de mujeres violadas y asesinadas ni por la impunidad que permite tales crímenes, sino por las intervenciones visuales realizadas sobre el monumento.
En la serie Victorias Aladas, las cuatro diosas situadas en la base del Monumento a la Independencia cobran vida, personificando las consignas más poderosas que se inscribieron durante la marcha feminista. Estas imágenes visibilizan la hipocresía de un país que defiende los monumentos, pero no la vida de las mujeres. La Victoria Alada, ahora marcada por cicatrices, revela las heridas de una nación que aún no enfrenta su realidad. Cada diosa tiene la textura real de los materiales del monumento, como los diferentes tipos de mármol y piedra, y las frases inscritas sobre sus cuerpos provienen de los graffitis que adornan la Victoria Alada. Durante la exposición, las cuatro figuras fueron instaladas en el espacio público mediante la técnica del paste-up, exponiendo lo que permanece oculto tras el tapial que rodea el monumento. El público fue invitado a recorrer los murales durante la inauguración, acercándose a una interpretación directa de los eventos.
Justicia con Glitter es una serie de dípticos que retrata el “durante” y el “después” de la marcha. Estas piezas fueron impresas en color y, para la exposición, se montaron sobre una base de fotografías en blanco y negro, tomadas de mi archivo personal, que documentan marchas feministas de los últimos cinco años. Durante la exposición, invité al público a intervenir las obras. El resultado se convirtió en una representación de la polarización que persiste en la sociedad mexicana respecto a la violencia de género, donde algunos comentarios apoyaron las acciones representadas en las imágenes, mientras que otros las desaprobaron. Así, cada pieza se transformó en un archivo vivo, que acumula capas de historia sobre el movimiento feminista en la Ciudad de México.
Esta exposición comprende dos series:
Take a Look
Instalación de Hasta que la dignidad se haga costumbre previa a su intervención por el público


Material con el que el público fue invitado a intervenir la obra
Texto curatorial
La presente exposición engloba un conjunto de fotografías de Cerrucha, que constituyen un archivo de instantes capturados durante una serie de manifestaciones del movimiento feminista ocurridas en su mayoría en la Ciudad de México. Las fotografías constituyen parte del trabajo que la artista ha elaborado durante los últimos cinco años, derivado de décadas de acción del movimiento feminista ante los constantes feminicidios y abusos hacia las mujeres y cuerpos feminizados, haciendo hincapié en la incidencia del movimiento en el espacio público y en los imaginarios sociales imperantes.
Las imágenes de las marchas feministas evidencian la desestabilización de los paradigmas morales, históricos, estéticos y reconstruyen nuevos entramados de significación. Así, si los monumentos conmemoran acontecimientos y conforman el espacio público, su transgresión es fundamental para cuestionar y destituir los valores imperantes en nuestra cultura.
El reciente suceso ocurrido en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, en el que un gran número de mujeres protestaron ante los feminicidios y la violencia, es una prueba contundente de las enormes incongruencias de esta sociedad patriarcal. Estas contradicciones evidencian la importancia que tiene para el Estado el “cuerpo patrimonial y nacional”, antes que tomar medidas frente a los abusos hacia el cuerpo feminizado.
La exhibición se teje como un recorrido desde el espacio de lo común, -las calles, los muros- hacia el entorno de la galería de La Buena Estrella. Aquí se muestran imágenes con significados y marcas indelebles de protesta, vehículos de expresión y catarsis tatuadas en los cuerpos, en las edificaciones y en el entorno urbano.
Estas obras nos obligan no solo a reflexionar y a hacer conciencia, sino sobre todo a actuar frente a los abusos no visibilizados ni atendidos de un entorno hostil y agresivo que nos demanda nuevas acciones que operen de manera inclusiva y con fuerza para desarticular al patriarcado desde su interior.
- Yunuén Sariego -